.:Limbo:.
Morir ¿que es morir?. Todo indica que morí pero no sé que sucede, morí y no me condené como pensaba, tampoco fuí al aburrido cielo en el que los angeles resultan asexuados para evitar tremenda fiesta, en vez de eso son proclives a la contemplacion y meditacion, visten de blanco y tocan siempre sus bien afinadas arpas
(harpas harpías?) y los rubios rizos marcados se retuercen unos con otros del aburrimiento que tienen en la enmaraña cabeza del angel. No, no fui ahí.
Morí y no fui al divertido infierno, donde me esperarían todos los crueles tormentos y me dejarían en una camara en la que me visitarían todos mis miedos como lenguas de fuego que me sacarían de la pena de haber muerto de hipotermia: sí, del mendigo frío, o del frío de mendigo, que es lo mismo pero no se acentúa igual
( la palabra acentúa se acentua?) cuando parecía que por fín me estaba calentando morí. Yo digo que de hipotermia, pero pudo haber sido del coraje. ¿Como saberlo? Si no fui al cielo, al aburrido cielo en el que San Pedro
(¡!)dejaría de jugar ajedrez con Dios que me estaría esperando para nuestro té de las 5.00 y platicar acerca de por qué morí, o por fin enterarme de por qué viví.
Contrario a todo eso que yo pensaba que podía ser la muerte; morí pero no hay cielo ni infierno. El castigo es peor: Me quedé vagando en el mundo.
Resulta que Dios no juega ajedrez, él practica un juego decembrino con sus muñecos de barro, antes los hacía pelear por tierras y metales preciosos hoy los hace pelear por obtener la voluntad de otros como ellos, pues nada hay como tener las masas a tus pies... -y no precisamente las mases de las tortillas, si no las voluntades de miles de millones de seres humanos- los hace ser infelices buscando lo que no se les ha perdido e intentando poseer lo que no necesitan, los hace subirse a los carros, abarrotar los centros comerciales, los hace estar solos, y que esa soledad no se llene con nada, por que escondió lo que la mitiga dentro de ellos mismos, él los hace discutir y cubrirse con mascaras para decir "es tiempo de paz" y entonces todos quieren tomar aviones e ir a La Paz y a Los Cabos tambien, pero es carísimo. Entonces se conforman con sus rutinas y su "mágica cena navideña" que se parece a la de la tele pero que no sabe igual, por que como dice Sanz, "El del spot sonríe más".